Un decálogo sobre la enseñanza de la lectura y la escritura (Felipe Zayas)
1. Organiza el aula de modo que sea un ámbito de comunicación en el que tenga sentido leer, escribir, hablar y escuchar y los alumnos encuentren motivos para hacerlo.
2. Diseña las tareas de modo que la lectura y la composición de textos sean el instrumento principal de aprendizaje.
3. Propón lecturas que puedan servir de motor y estímulo para el aprendizaje; propón la composición de aquellos textos que sirvan para aplicar y comunicar los aprendizajes realizados.
4. Integra las actividades de lectura y de escritura: la lectura que prepara la escritura y la estimula; la escritura como respuesta a lo leído.
5. Trabaja con los géneros propios de tu materia, pero también con los géneros más significativos de otros ámbitos (medios de comunicación, ámbito público, etc.).
6. Ayuda a los alumnos a tener en cuenta la finalidad de sus lecturas y de los textos que componen (para aprender qué, para hacer qué, para conseguir qué, para comunicar qué y a quién, …) en el marco de las actividades de enseñanza-aprendizaje.
7. Enseña a los alumnos a procesar la información de los textos que leen (temas, ideas principales…) y a planificar-redactar-revisar los textos que escriben de acuerdo con los objetivos de la lectura y de la escritura.
8. Ayuda a los alumnos a hacer visibles los patrones organizativos de los textos y los indicadores que sirven de guía para entender las relaciones entre las ideas; ayúdales también a usarlos en sus composiciones escritas.
9. Gradúa los aprendizajes de las habilidades lingüístico-comunicativas a partir de la progresiva complejidad de las prácticas discursivas (complejidad de las prácticas discursivas, de los géneros textuales, de los patrones organizativos de los textos…).
10. Atiende la diversidad de los alumnos como lectores y escritores en cuanto a sus capacidades, sus experiencias culturales y comunicativas y su motivación: hazles sentir a todos que son capaces de aprender y progresar.
2. Diseña las tareas de modo que la lectura y la composición de textos sean el instrumento principal de aprendizaje.
3. Propón lecturas que puedan servir de motor y estímulo para el aprendizaje; propón la composición de aquellos textos que sirvan para aplicar y comunicar los aprendizajes realizados.
4. Integra las actividades de lectura y de escritura: la lectura que prepara la escritura y la estimula; la escritura como respuesta a lo leído.
5. Trabaja con los géneros propios de tu materia, pero también con los géneros más significativos de otros ámbitos (medios de comunicación, ámbito público, etc.).
6. Ayuda a los alumnos a tener en cuenta la finalidad de sus lecturas y de los textos que componen (para aprender qué, para hacer qué, para conseguir qué, para comunicar qué y a quién, …) en el marco de las actividades de enseñanza-aprendizaje.
7. Enseña a los alumnos a procesar la información de los textos que leen (temas, ideas principales…) y a planificar-redactar-revisar los textos que escriben de acuerdo con los objetivos de la lectura y de la escritura.
8. Ayuda a los alumnos a hacer visibles los patrones organizativos de los textos y los indicadores que sirven de guía para entender las relaciones entre las ideas; ayúdales también a usarlos en sus composiciones escritas.
9. Gradúa los aprendizajes de las habilidades lingüístico-comunicativas a partir de la progresiva complejidad de las prácticas discursivas (complejidad de las prácticas discursivas, de los géneros textuales, de los patrones organizativos de los textos…).
10. Atiende la diversidad de los alumnos como lectores y escritores en cuanto a sus capacidades, sus experiencias culturales y comunicativas y su motivación: hazles sentir a todos que son capaces de aprender y progresar.
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